Berlín, 4 abr (dpa) – La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, exigió hoy a Rusia que deje de minar tierras agrícolas en Ucrania.
En un comunicado, Baerbock señaló que las minas no solo están causando numerosas víctimas civiles, sino que también impiden a muchos agricultores cultivar sus campos y recoger las cosechas.
«De este modo, Rusia está reduciendo el suministro de alimentos en el mercado mundial y agravando así el hambre en el mundo», agregó.
Baerbock hizo estas declaraciones con motivo del Día Internacional de Sensibilización sobre las Minas, que se celebra hoy.
«Las minas antipersona son armas crueles. Son la razón por la que madres y padres de países como Bosnia y Herzegovina, Camboya o Irak aún temen por sus hijos cada vez que salen a jugar al aire libre décadas después de un conflicto», explicó.
Según los datos publicados el pasado otoño por la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona (ICBL, por sus siglas en inglés), Rusia ha utilizado en Ucrania al menos siete tipos diferentes de minas prohibidas internacionalmente.
Las minas antipersona suelen tener el tamaño de la palma de una mano y pueden ser desplegadas por tierra o lanzadas desde el aire. Permanecen en el suelo y explotan cuando alguien se acerca o las pisa. La mayoría de sus víctimas son civiles.
En 1999 entró en vigor la llamada Convención de Ottawa, dedicada a la lucha contra las minas antipersona. Este tratado internacional prohíbe el uso, la producción, el almacenamiento y la transferencia de este tipo de minas. Sin embargo, países como Estados Unidos, Rusia, China e India no se han sumado al tratado.