Augsburgo/Múnich, 18 sep (dpa) – El entrenador del Bayern Múnich, Julian Nagelsmann, no se enfrenta a una resaca por el inicio de la Oktoberfest sino a otra causada por la derrota del sábado ante el Augsburgo por 1-0 en la Bundesliga.
De hecho, se negó a brindar con cerveza con los jugadores de su plantilla. «Básicamente, no me apetece», dijo. En su opinión, después de cuatro partidos sin ganar en liga, la primera visita del Bayern a la Oktoberfest desde 2019 no tenía sentido.
Los muniqueses solo han sumado 12 puntos en los primeros siete partidos de liga. La última vez que tuvieron un comienzo tan malo fue hace 12 años, cuando el Borussia Dortmund se proclamó campeón al final de la temporada.
«La tendencia es catastrófica cuando no ganas en cuatro partidos», manifestó Thomas Müller, que dijo estar «aturdido y cabizbajo».
La última vez que el Bayern encadenó cuatro partidos de liga sin ganar fue hace más de 20 años, cuando Ottmar Hitzfeld era el entrenador. Nagelsmann aún carece de la compostura que mantuvo Hitzfeld tras las decepciones.
Comentó la primera derrota de la temporada en la sala de prensa del Augsburg Arena de forma sombría y muy escueta. Preguntado por lo que puede significar la tendencia, respondió: «Nada bueno». Y cuestionado por lo que hay que cambiar, fue taxativo: «Muchas cosas».
También se mostró irritado ante el debate sobre el delantero centro que falta tras la marcha de Robert Lewandowski: «No importa mi respuesta».
El polaco marcó dos goles en la victoria del Barça sobre el Elche (3-0) el mismo sábado, tras su falta de acierto en la derrota por 2-0 ante el Bayern en la Liga de Campeones, el miércoles.
La magia del asombroso comienzo de temporada del Bayern ha desaparecido y parece que los rivales ya han descifrado el nuevo estilo de ataque construido de manera flexible en torno a Sadio Mané.
«Descifrado no sé, pero frenado ya unas cuantas veces», dijo el director deportivo, Hasan Salihamidzic. «Ahora ya no hay excusas, ahora debe haber victorias», añadió.
Nagelsmann lamentó la dejadez de sus jugadores, mientras que Salihamidzic fue crítico con el técnico y la plantilla: «Ahora depende de todos nosotros, no solo de Julian Nagelsmann».
Por su parte, el presidente de la junta directiva, Oliver Kahn, se quejó con gestos en la grada, ya que el Bayern confió demasiado en sus propias cualidades y no pudo con el modesto Augsburgo.
«No se puede ganar en la Bundesliga como hemos jugado hoy», aclaró Salihamidzic. Añadió que el Bayern tiene «problemas brutales contra equipos que juegan físicamente contra nosotros, que nos golpean en los calcetines, por así decirlo».
Nagelsmann anunció que iba a pensar mucho durante la próxima ventana de selecciones: «Pienso en todo. Sobre mí. Sobre la situación. Sobre todo». El entrenador, que tiene contrato hasta 2026, quiere demostrar que es el hombre adecuado para el Bayern. La crisis es una gran oportunidad para que demuestre su talla.
«Ahora será una pausa de selecciones incómoda», reflexionó Leon Goretzka. Sin embargo, después de los partidos de Alemania contra Hungría e Inglaterra, correspondients a la Liga de las Naciones, la situación puede volverse aún más inestable.
Los bávaros tendrán que enfrentarse al Bayer Leverkusen en casa, visitar al Borussia Dortmund y recibir al Freiburg. «Todos tenemos que volver con una mentalidad mejorada», comentó Matthijs de Ligt.
El holandés aún no es el gran líder de la defensa, papel para el que fue fichado, y en ataque Mané está en crisis goleadora tras un comienzo de infarto. «Tenemos que salir a los partidos disciplinados, concentrados y con ganas de marcar goles», exigió Salihamidzic.
Por Christian Kunz y Klaus Bergmann (dpa)