Teherán/Berlín, 21 feb (dpa) – El activista germano-iraní Djamshid Sharmahd ha sido condenado a muerte en Irán en un controvertido juicio llevado adelante por un tribunal revolucionario de Teherán, bajo la acusación de ser responsable de un atentado terrorista.
El tribunal también declaró a Sharmahd, de 67 años, culpable de cooperar con servicios de inteligencia extranjeros, según informó hoy el portal de justicia Mizan. El veredicto puede ser recurrido ante el Tribunal Supremo.
Al parecer, Sharmahd fue detenido por los servicios de inteligencia iraníes en Dubái en el verano de 2020 y trasladado a Irán. Desde entonces está encarcelado en Teherán. Previamente, Sharmahd vivió en Estados Unidos durante años.
Sharmahd participaba en el grupo de oposición en el exilio «Tondar» (Trueno) en Estados Unidos, que hace campaña por el retorno de la monarquía en Irán. La justicia iraní considera a la organización responsable de un atentado en 2008 en una mezquita de la ciudad de Shiraz que dejó varios muertos. Tres hombres ya han sido ejecutados por ello.
No está claro si Sharmahd puede recibir asistencia consular de la embajada alemana en Teherán. Irán trata legalmente a los ciudadanos con doble nacionalidad como iraníes.
La ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, amenazó a Irán con consecuencias tras la condena a muerte de un germano-iraní.
«Pedimos a Irán que subsane estas deficiencias en el procedimiento de apelación, corrija la sentencia en consecuencia y se abstenga de imponer la pena de muerte», dijo hoy la ministra. «Imponer la pena de muerte al Sr. Sharmahd provocará una fuerte reacción».
Baerbock calificó la sentencia de «absolutamente inaceptable» y a la pena de muerte de «cruel, inhumana y degradante». También afirmó que Sharmahd nunca había tenido la más mínima posibilidad de un juicio justo.
Amnistía Internacional (AI) pidió a Alemania que actuara con decisión frente a Irán en vista de la condena a muerte. «El Gobierno alemán (…) debe ahora hacer campaña clara y públicamente para que se levante la condena a muerte y se ponga en libertad», declaró hoy la organización de derechos humanos.
Ahora hace falta presión pública en lugar de «diplomacia silenciosa», señaló AI, a la vez que destacó que el juicio de Sharmahd no tiene nada que ver con el Estado de derecho. Amnistía Internacional había calificado en el pasado el proceso de juicio espectáculo.
La experta de AI para Medio Oriente Katja Müller-Fahlbusch declaró que la familia de Sharmahd no tiene contacto con él desde hace dos años y que había que suponer que fue torturado.
El líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania, Friedrich Merz, anunció a principios de enero que asumiría el patrocinio político de Sharmahd. «Con mi patrocinio, quiero dar ejemplo a todos los hombres y mujeres que luchan por una vida libre y autodeterminada en Irán», escribió Merz en su cuenta de Twitter. «El mundo está pendiente de lo que ocurre en Irán».
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento alemán (Bundestag), Renata Alt condenó por su parte hoy duramente la sentencia contra Sharmahd y pidió nuevas sanciones contra el Gobierno iraní.
«La condena a muerte de Djamshid Sharmahd muestra una vez más la crudeza e inhumanidad con la que actúa el poder judicial iraní. Sharmahd es inocente y debe ser absuelto inmediatamente», exigió Alt. «Esta política inhumana del régimen de los mulás demuestra lo urgente que es imponer nuevas y más duras sanciones contra Irán», añadió.
Actualmente hay varios ciudadanos europeos encarcelados en Irán, muchos de los cuales también tienen nacionalidad iraní. Los críticos acusan a Irán de mantener a ciudadanos extranjeros como rehenes políticos. Teherán rechaza las acusaciones y suele justificar las detenciones con acusaciones de espionaje.