Hamburgo, 10 ago (dpa) – El Hamburgo y el fútbol alemán rindieron hoy homenaje a la leyenda Uwe Seeler, fallecido el 21 de julio a los 85 años, en uno de sus lugares favoritos, el estadio de su equipo (Volksparkstadion), y ante la presencia de unos 5.000 asistentes.
Entre ellos destacaron unas 1.000 personalidades del mundo de la política, la economía, la cultura y el deporte.
«Uwe Seeler no necesitó un título para convertirse en un ídolo», dijo el presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Bernd Neuendorf, al hablar del capitán honorífico de la selección nacional y antiguo delantero de talla mundial del Hamburgo, su club de toda la vida.
«No obstante, Uwe Seeler es uno de los más grandes, habría merecido cualquier trofeo», añadió.
El alcalde de Hamburgo, Peter Tschentscher, destacó especialmente el apego de Seeler a su tierra natal, su sencillez y su compromiso caritativo. «Su nombre representa la equidad y el espíritu de equipo. Encarnaba los mejores valores humanos, como deportista y como ser humano», comentó.
Hamburgo pierde, opinó, «una parte de sí misma con (la muerte) de Uwe Seeler».
Por su parte, el director deportivo del Hamburgo, Jonas Boldt, declaró: «Es uno de los nuestros, pero mejor. Un modelo a seguir, a través de las generaciones».
El canciller alemán, Olaf Scholz, que estaba entre los invitados y también fue alcalde de la ciudad, dijo asimismo que quedó impresionado por Seeler como persona.
«Para mí, lo mejor de Uwe Seeler es que seguía siendo tan normal y tenía los pies en la tierra. El ‘Uns Uwe’ (Nuestro Uwe), no viene por casualidad. Surgió profundamente por su persona», dijo en la televisión NDR.
Seeler falleció el 21 de julio y fue enterrado el pasado jueves en el cementerio de Ohldorf en presencia del círculo familiar más cercano.
Hoy se instaló un podio para los oradores en el que fue su estadio, junto a dos enormes retratos de Seeler pintados con spray en el césped del Volksparkstadion, que lo mostraban como goleador en acción con la firma «Uns Uwe».
Los discursos fúnebres se intercalaron con canciones que figuraban entre las melodías favoritas de Seeler y que habían sido elegidas por la familia, entre ellas «La paloma», cantada por Hans Albers, y «An de Eck steiht’n Jung mit Tüddelband», de Heidi Kabel.
Asimismo, la internacionalmente conocida pianista de jazz de Hamburgo Joja Wendt tocó el piano de cola, apoyada por el coro Seemannschor Hamburg. Juntos interpretaron «Hammonia», el himno de Hamburgo.
Dada la gran popularidad de Seeler, se esperaba un mayor número de espectadores en el estadio de 57.000 plazas. Sin embargo, las vacaciones estivales, así como la inoportuna hora del mediodía para el servicio fúnebre, supusieron una menor afluencia de público.
Además, muchos aficionados del club ya se habían despedido tres días después de la muerte de Seeler, ya que en ese momento 54.500 espectadores acudieron al estadio para el segundo partido de liga contra el Rostock. Los aficionados de la tribuna norte conmemoraron a Seeler con una coreografía de pancartas y carteles.