Riesa (Alemania), 19 jun (dpa) – Con Tino Chrupalla y Alice Weidel como presidentes de la Alternativa para Alemania (AfD), el partido ultraderechista cuenta ahora con dos políticos en la cúpula que se consideran ideológicamente flexibles.
Sin embargo, no hay que ser un íntimo conocedor de las estructuras internas del poder para entender que en el congreso celebrado en Riesa, en Sajonia, se eligió un dúo que cuenta con la bendición de Björn Höcke, influyente presidente de la AfD en el estado de Turingia y representante del ala más extremista del partido, aunque este y los dos presidentes no estén siempre de acuerdo.
Una mayoría relativamente estrecha (53,4 por ciento) de los delegados votaron a favor de mantener durante otros dos años en el cargo a Chrupalla, quien presidió la AfD junto con el dimisionario Jörg Meuthen. Weidel recibió el 67,3 por ciento de los votos.
Ahora, el dúo lidera ahora tanto el grupo parlamentario como el partido a nivel federal.
El viernes, los delegados aprobaron un cambio de estatutos de la AfD que posibilita la elección de un único líder en lugar de una presidencia colegiada de dos miembros.
Uno de los defensores de la enmienda fue Höcke. Sin embargo, el congreso del partido se decantó el sábado por una solución dual.
Ningún miembro de la AfD del bando de los que la Oficina de Protección de la Constitución considera de extrema derecha se presentó a la presidencia del partido. Por su parte, las llamadas fuerzas moderadas enviaron a la carrera a dos candidatos opuestos.
Pero los «moderados» no tuvieron éxito, a no ser que se considere un éxito que el relativamente desconocido diputado Norbert Kleinwächter, que se presentó contra el actual líder Chrupalla, obtuviese cerca del 36 por ciento de los votos.
Chrupalla está al frente de la AfD desde noviembre de 2019. En su primera elección, en el congreso del partido celebrado entonces en Brunswick, obtuvo el 54,5 por ciento de los votos. El dirigente encabezó recientemente la formación en solitario tras la salida de Jörg Meuthen, quien dimitió alegando que el partido se estaba radicalizando cada vez más.
La Oficina de Protección de la Constitución, el servicio de inteligencia interior, ha clasificado a la AfD como sospechosa de ser de extrema derecha.
Meuthen observó desde la distancia los tejemanejes del fin de semana y señaló: «Como era de esperar, el partido ha llegado finalmente a la extrema derecha en el congreso partidario en Riesa con la nueva elección del comité ejecutivo federal y el tribunal federal de arbitraje coreografiados por Höcke».
El ex líder advirtió a quienes todavía participan en la AfD que deberían saber «en qué se están metiendo».
Höcke, por su parte, respondió a la pregunta de si a veces piensa en presentarse a la dirección del partido: «Quizá sea dentro de unos años. Hasta entonces, estoy en buenas manos en Turingia».
Agregó que puede ejercer su influencia incluso sin un alto cargo: «En la dirección federal, me gustaría bastante ser activo en calidad de asesor desde la segunda fila, como he hecho hasta ahora».
¿Asesoramiento? La Oficina de Protección de la Constitución probablemente lo diría de otra manera.
El jefe de la autoridad, Thomas Haldenwang, declaró a dpa a principios de mayo: «Björn Höcke, como líder del grupo regional y parlamentario de la AfD de Turingia, ya es un actor relevante dentro del partido por ocupar esos cargos, pero también tiene una gran influencia más allá de las fronteras regionales en relación con el caso observado por la Oficina de Protección de la Constitución y tiene un gran alcance mediático».
Dos semanas más tarde, Haldenwang declaró que la entrada de Höcke en el comité ejecutivo federal de la AfD sería «un claro indicio de que el partido se está desarrollando más en la dirección del extremismo de derechas».
El hecho de que la Oficina de Protección de la Constitución clasifique ahora a toda la AfD como un caso sospechoso de extrema derecha no ha perjudicado al partido de la misma manera en todas partes.
En el este de Alemania, la narrativa propagada por la AfD de que la Oficina para la Protección de la Constitución no es, en principio, muy diferente de la antigua Seguridad del Estado de Alemania del Este está calando en muchos lugares, aunque la misión de la agencia con sede en Colonia, en el oeste de Alemania, es completamente diferente.
El último día del congreso en Riesa se puso de manifiesto la gran influencia de Höcke. El líder en el estado de Turingia y la recién elegida miembro del comité ejecutivo federal Christina Baum, que es una de sus seguidoras, pidieron a los delegados que dejen de preocuparse por la Oficina de Protección de la Constitución y sus evaluaciones. Recibieron mucho apoyo por ello.
A largo plazo, incluso un único líder del partido, el propio Höcke, no sería descartable. El congreso finalizado hoy lo hizo posible.
Por Anne-Beatrice Clasmann y Jörg Ratzsch (dpa)