Fráncfort/Múnich/Hannover, 17 ene (dpa) – La industria farmacéutica alemana consiguió un inesperado triunfo con las vacunas contra el coronavirus, pero no solo con la producción sino también con la distribución.
Ahora, los medicamentos orales para personas infectadas de coronavirus se convierten en la próxima oportunidad.
El éxito del laboratorio Biontech, con sede en Maguncia, le dio al sector renombre internacional y un negocio multimillonario, con perspectivas de otro fuerte aumento de ventas en 2022.
Si bien en el caso de la terapéutica las empresas de Suiza, Reino Unido y Estados Unidos están por delante, las compañías alemanas también desempeñan un papel en la producción y la distribución.
La compañía estadounidense Pfizer, socia de Biontech, produce su medicamento Paxlovid contra el avance de los cursos graves de covid-19 principalmente en la ciudad alemana de Friburgo. Allí, donde trabajan unas 1.700 personas, se comenzará también a realizar el embalaje del medicamento.
El gigante farmacéutico planea producir este año al menos 120 millones de unidades, unos 30 millones de ellas en el primer semestre. «Estamos en proceso de ampliar la capacidad y seguir aumentando la producción», anunció Pfizer.
El Gobierno alemán ya ha encargado un millón de cajas de Paxlovid. El ministro germano de Salud, Karl Lauterbach, estima que en enero recibirá las primeras entregas.
Según el laboratorio, este medicamento se recomienda especialmente para el tratamiento de personas de riesgo no vacunadas. La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), otorgó una autorización de emergencia para este medicamento, mientras en la Unión Europea continúa el proceso de aprobación.
Otro medicamento es el Roactemra, de la compañía suiza Roche. Se administra para combatir la reacción exagerada del sistema inmunitario del propio organismo en cursos de coronavirus muy avanzados.
El medicamento, aprobado en la Unión Europea, es envasado y empaquetado en la ciudad alemana de Mannheim. Allí y en la planta de Penzberg, en el estado de Baviera, trabajan más de mil empleados en el llenado estéril de la sustancia para el mercado mundial.
Los anticuerpos también pueden utilizarse contra el coronavirus en su fase inicial, un enfoque que también están investigando las universidades, entre ellas la Facultad de Medicina de Hannover.
Roche ofrece el preparado Ronapreve con los anticuerpos Casirvimab e Imedvimab. Se producen en Estados Unidos, y el control de calidad y de distribución para Europa se realiza en Grenzach, en el suroeste de Alemania.
Los medicamentos son considerados un pilar en la lucha contra el coronavirus, pero en comparación con las vacunas son más caros y a menudo más complicados de utilizar.
«El gran cambio son seguramente las vacunas, no la terapéutica», dice el infectólogo alemán Christoph Spinner.
Sin embargo, detalla el experto, la terapéutica es un complemento importante para «las personas que, por ejemplo, no están vacunadas debido a una enfermedad crónica y, por tanto, no pueden crear una protección inmunitaria comparable» a la de las vacunas.
El tratamiento de los pacientes con covid-19 también incluye el fármaco dexametasona, que la empresa farmacéutica alemana Merck comercializa con el nombre de Fortecortin.
Otras firmas alemanas se encuentran en tanto investigando sobre diversos medicamentos para tratar el coronavirus. La Asociación de Empresas Farmacéuticas de Investigación (vfa) precisó que se encuentran en desarrollo 37 preparados, pero aún no se aprobó ninguno.
Impulsadas por la demanda de vacunas, se estima que las ventas de la industria podría crecer un ocho por ciento este año. Según Rolf Hömke, de vfa, Alemania es fuerte en procesos de producción complejos y, en el caso de medicamentos terapéuticos, «también existe la oportunidad de ampliar la producción».
Por Alexander Sturm y Jan Petermann (dpa)