Fráncfort, 26 dic (dpa) – Desde que comenzó oficialmente la campaña de vacunación contra el coronavirus en Alemania, el 27 de diciembre de 2021, los informes sobre los posibles efectos secundarios de las vacunas inquietan a muchas personas.
Al principio no era posible evaluar informes que mencionaban, entre otros, trombosis en mujeres o insuficiencia cardíaca en adolescentes, debido al número reducido de personas vacunadas.
Un año después, con millones de personas ya inmunizadas, los directores del Instituto Paul Ehrlich (IPE) y del Instituto Federal de Medicamentos y Productos Médicos (BfArM), Klaus Cichutek y Karl Broich, presentan un balance de las vacunaciones.
«Desde el principio, Alemania analizó con la máxima prioridad los informes de casos sospechosos sobre los efectos secundarios y las complicaciones derivadas de las vacunas. También se reconocieron los efectos secundarios más inusuales en una fase temprana y se puso en marcha medidas para minimizar el riesgo», señalan Cichutek y Broich en su revisión anual.
Según la Sociedad Alemana de Inmunología (DGfI), las quejas típicas tras la vacunación son dolor en el lugar de la inyección, fatiga y dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos y fiebre.
El Instituto Paul Ehrlich publica periódicamente los llamados informes de seguridad de las vacunas contra la covid-19. La más reciente data del 23 de diciembre y se refiere a más de 123 millones de vacunas administradas en todo el país hasta finales de noviembre.
En el informe se notifican 1,6 casos sospechosos por cada mil dosis, lo que equivale al 0,16 por ciento. Teniendo en cuenta solo las reacciones graves, la tasa de notificación es de 0,2 casos sospechosos por cada mil dosis, es decir, un 0,02 por mil.
La Ley del Medicamento define como «graves» los efectos secundarios que son mortales o ponen en peligro la vida, requieren tratamiento hospitalario o provocan daños permanentes. Deben notificarse si «van más allá del nivel habitual de una reacción a la vacunación».
Como «riesgos muy raros» de las vacunas, el informe del IPE enumera alergias (reacciones anafilácticas), inflamación del músculo cardíaco (miocarditis) y pericarditis, la inflamación nerviosa del síndrome de Guillain-Barré, y coágulos de sangre (síndrome de trombosis con trombocitopenia, TTS).
En general las reacciones adversas se notifican en relación temporal, pero no necesariamente en relación causal con una vacunación. El IPE destaca que solo los estudios podrían demostrar si una reacción es realmente una consecuencia de la vacunación.
«Según los conocimientos actuales, las reacciones adversas graves son muy raras y no modifican la relación positiva entre riesgo y beneficio de las vacunas», subraya el último informe de seguridad.
«La miocarditis es un efecto secundario relevante», afirma el presidente del consejo de la Fundación Alemana del Corazón, Thomas Voigtländer. Sin embargo, esto no debe ser un motivo para no vacunarse ya que se «corre un riesgo mucho mayor debido a los peligros de la enfermedad grave que puede causar el coronavirus».
Voigtländer explica que la miocarditis o la pericarditis como reacciones a la vacuna son muy raras. «Estamos hablando de algo menos de cinco casos relacionados con 100.000 vacunas». El experto añade que además suelen ser leves y se curan en casi todos los casos.
Durante la pasada primavera europea, los informes sobre el raro síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS) causaron un gran revuelo. Estos coágulos de sangre suelen producirse en lugares poco habituales, como el cerebro, y las personas afectadas tienen al mismo tiempo un número reducido de plaquetas.
«Esta afección es un efecto secundario poco frecuente, pero potencialmente peligroso de las vacunas contra el Sars-CoV-2 basadas en vectores», subraya la Sociedad para la Investigación de la Trombosis y la Hemostasia (GTH).
Los informes se referían principalmente a las vacunas vectoriales de AstraZeneca y Johnson & Johnson y, en promedio, se vieron mucho más afectadas las mujeres. Según el informe de seguridad, hubo 43 muertes por TTS que estuvieron relacionadas con las vacunas.
Según el balance anual, si bien se produjeron reacciones anafilácticas con las cuatro vacunas aprobadas, éstas fueron muy raras. Se notificó un caso por cada 100.000 dosis de vacunas a finales de noviembre. Las reacciones alérgicas son ligeramente más altas en mujeres que en hombres y más altas para la primera dosis de la vacuna que para las siguientes.
Por su parte, el síndrome de Guillain-Barré (SGB) es una enfermedad autoinmune muy rara del sistema nervioso. Según el informe de seguridad, la tasa de notificación tras la vacunación con una de las dos vacunas vectoriales fue inferior a una por cada 100.000 dosis de vacuna.
El IPE señala que hay dos posibilidades de lo que se entiende por el término «consecuencias a largo plazo: algo que ocurre solo después de mucho tiempo, o algo que dura mucho tiempo».
La autoridad sanitaria afirma que el hecho de que complicaciones muy raras derivadas de la vacunación se prolonguen durante un largo periodo de tiempo es «la excepción absoluta».
De acuerdo con el informe de seguridad más reciente, se notificaron 1.919 muertes sospechosas tras la vacunación. Sin embargo, solo en 78 casos individuales el IPE «evaluó la relación causal con la vacunación como posible o probable».
Una comparación del número de muertes notificadas con el número estadísticamente esperado de fallecimientos en el mismo periodo «no reveló hasta ahora una señal de riesgo para ninguna de las cuatro vacunas contra la covid-19 utilizadas en Alemania», destaca el instituto.
Por Sandra Trauner (dpa)