Trípoli, 9 sep (dpa) – El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, llegó hoy a Libia con motivo de la reapertura de la embajada germana en Trípoli, que debido a la guerra civil en el país norteafricano fue trasladada a Túnez hace siete años.
«Hoy, con la reapertura de esta embajada, profundizamos nuestros esfuerzos para ayudar a los libios a construir un futuro mejor», dijo Maas, destacando el «impresionante progreso» que el país ha hecho desde el año pasado y la esperanza de iniciar un nuevo capítulo en las relaciones germano-libias.
Maas reafirmó su apoyo al proceso de paz en Libia tras años de guerra civil. «Las antiguas partes del conflicto se han dado cuenta de que no puede haber una solución violenta para su país», señaló.
«La comunidad internacional y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han contribuido con una diplomacia concertada a abrir la puerta a un futuro mejor para Libia», añadió Maas.
En julio de 2014 todos los diplomáticos alemanes abandonaron Trípoli. La representación germana para Libia se trasladó entonces a Túnez. «Hoy, con la reapertura, queremos demostrar que Alemania es y seguirá siendo un socio comprometido con Libia», dijo el ministro.
En 2011, tras la caída de Muamar el Gadafi, en el poder durante más de cuatro décadas, Libia se vio inmersa en una guerra civil con numerosas milicias implicadas.
El año pasado se declaró un alto el fuego y esta primavera se formó un gobierno de transición bajo la mediación de la ONU para llevar al país a las elecciones el 24 de diciembre.
Sin embargo, debido principalmente a que las partes libias no se ponen de acuerdo en la creación de una base constitucional para los comicios, es posible que la fecha se retrase.
Asimismo, Maas reiteró hoy su reclamo de que los mercenarios extranjeros salgan de Libia. «El proceso de retirada de las fuerzas extranjeras no está avanzando a la velocidad que nos hubiera gustado», comentó Maas.
El titular alemán de Exteriores manifestó su intención de hablar con todos los implicados en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) a finales de septiembre «para aumentar la presión en este proceso».
Maas explicó que la meta es que los combatientes, tropas y mercenarios extranjeros hayan abandonado el país del norte de África cuando lleguen las elecciones previstas para el 24 de diciembre.
Alemania ha asumido un papel de mediación en el conflicto que surgió en 2011. El año pasado, el gobierno alemán organizó una gran cumbre en Berlín con el objetivo de poner fin a la injerencia de otros países en el conflicto libio, que suministran armas y mercenarios.
En junio se celebró otra conferencia en la que participaron Rusia, Turquía, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, los principales Estados involucrados en Libia.
Sin embargo, todavía hay miles de combatientes extranjeros en el país. Hace quince días, un informe de la ONU indicó: «Las fuerzas extranjeras y los mercenarios siguen operando en Libia sin que se aprecie una disminución de sus actividades».