(EP) – El Senado de Chile ha aprobado por 36 votos a favor y en segundo trámite constitucional, el proyecto de ley que modifica la legislación actual sobre el acceso al agua, con el que se pretende que se consagre como un derecho fundamental, después de llevar estancado más de diez años en el Parlamento.
Antes de que ser aprobada por el Senado, la propuesta tuvo que contar con el visto bueno de las comisiones de Recursos Hídricos, Agricultura y Hacienda de la Cámara de Diputados, donde salió adelante en noviembre de 2016, y posteriormente por sus homólogas de la Cámara Alta, recuerda el diario ‘La Tercera’.
«Este proyecto de ley refuerza la prioridad del consumo humano y agrega prioridad a salvaguardar los ecosistemas. Nos permite avanzar en la lucha contra el cambio climático», explica el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno.
Aprobada por unanimidad. El paquete de reformas, todavía necesita la aprobación de cada uno de sus artículos individuales, en algunos de los cuales se establece el acceso al agua como un bien nacional para uso público y establece mayores protecciones para los suministros en las comunidades de los pueblos indígenas.
No obstante, la propuesta legislativa establece límites de 30 años, y en algunos casos períodos más cortos, sobre derechos que actualmente son ilimitados. Los titulares podrían obtener extensiones si se considera que están haciendo un buen uso de esos derechos, mientras que se podrían suspender si no se está utilizando o si las reservas están en riesgo.
Hasta el momento el actual sistema de agua en Chile, gestado durante la dictadura del general Augusto Pinochet, dependía en gran medida de la empresa privada y de las estructuras económicas del capital para asignar derechos de acceso y brindar servicios.
El acceso y el nuevo sistema de agua es uno de los puntos que está encima de la mesa de los delegados encargados de elaborar la nueva Constitución chilena, con la que intentar subsanar las desigualdades económicas de un país que en los últimos años sufre también una de sus sequías más agudas por culpa del cambio climático.