Fuzhou (China), 27 jul (dpa) – Los bienes culturales judíos de las ciudades alemanas de Maguncia, Worms y Espira, así como la frontera (limes) del Imperio Romano en la conocida como la Germania Inferior, fueron hoy declarados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Tras la designación el pasado sábado de los balnearios de Baden-Baden, Bad Ems y Bad Kissingen junto con otros ocho balnearios europeos, aparte de la colonia de artistas Mathildenhöhe (Darmstadt), Alemania acumula cuatro lugares designados como Patrimonio en la actual 44 sesión de la Unesco que se celebra en la ciudad china de Funzhou.
Las ciudades de Maguncia, Worms y Espira, agrupadas bajo las siglas «Schum» por sus primeras letras hebreas medievales y conocidas como la «Jerusalén del Rin», cuentan con numerosos testimonios de la vida judía de la Edad Media.
En Maguncia, el Cementerio Viejo forma parte del patrimonio del pueblo judío. Unos 1.000 años después de los primeros entierros, todavía se pueden encontrar muchas lápidas históricas.
En Worms también hay un cementerio judío, así como un barrio con una sinagoga, unos baños donde se realizaban los rituales de purificación (mikve) y un museo. Espira contaba también una vida comunitaria judía igualmente rica.
Asimismo, la Unesco también declaró como Patrimonio al límite fronterizo del Imperio Romano (limes) en la región conocida como la Germania Inferior, que se extiende a lo largo del Rin durante unos 400 kilómetros y abarca a los Países Bajos, así como a las regiones alemanas de Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado.
El tramo fronterizo comienza en Rheinbrohl, en Renania-Palatinado, y termina en el Mar del Norte, en los Países Bajos. En Renania del Norte-Westfalia abarca 220 kilómetros entre las ciudades de Bonn y Kleve.
La región fue un centro de la cultura antigua y el comienzo de las ciudades de Renania. Los vestigios romanos incluyen instalaciones militares, santuarios, estatuas y objetos cotidianos.
«A lo largo del Rin, los romanos desarrollaron fortalezas y asentamientos que se convertirían en grandes ciudades como Colonia, Bonn y Nimega», dijo Maria Böhmer, presidenta de la Comisión Alemana de la Unesco. «Deben su florecimiento al hecho de que el limes no sirvió de barrera, sino siempre también de intercambio entre Roma y sus vecinos», añadió.