Praga, 16 feb (dpa) – Las largas colas de camiones debidas a los controles en la frontera entre Alemania y República Checa, decretados por el Gobierno germano para luchar contra las nuevas variantes del coronavirus, se redujeron y la situación se relajó hoy, según informó la empresa germana de administración de autopistas.
En la autopista E50/D5 que lleva a la ciudad alemana de Núremberg, la cola de transportes pesados era hoy de algo más de siete kilómetros en un carril del lado checo, de acuerdo con el servicio radiofónico de información sobre el estado de las carreteras.
La Policía del país vecino instó a los conductores de camiones y a los viajeros a no esperar a llegar a la frontera para someterse a las pruebas de coronavirus, a llevar consigo suficientes bebidas y alimentos y a llenar sus depósitos de carburante de antemano.
No se manifestaron dificultades en el paso fronterizo de Schirnding y la situación también se relajó en la autopista que conecta Praga con Dresde (E55/D8), donde el día anterior se había producido un atasco de más de 25 kilómetros.
En cambio, se formó una cola de camiones en la carretera estatal 7, que lleva desde Chomutov a través de los Montes Metálicos hasta Sajonia.
Alemania volvió a endurecer las reglas para el ingreso desde países de la Unión Europea y ordenó parcialmente controles en las fronteras con el objetivo de tratar de evitar la propagación de las nuevas variantes del coronavirus.
Desde el domingo, por ejemplo, solamente pueden ingresar desde República Checa y amplias zonas del Tirol, en Austria, alemanes o extranjeros con residencia o permiso de estadía en Alemania, trabajadores agrícolas de temporada y personal sanitario.
Las restricciones de entrada a Alemania solamente tendrán escasas excepciones, entre ellas las «personas de transporte de mercancías y otro personal de transporte necesario».
Estas personas tienen que registrarse en línea y presentar en la frontera una prueba negativa de coronavirus, que no debe tener más de 48 horas de antigüedad.