Cuando una planta industrial quiere mantener su maquinaria y infraestructura en óptimas condiciones, debe prestar atención tanto al mantenimiento preventivo como al mantenimiento correctivo, y entender cuándo cada uno es la opción adecuada. Si te interesa optimizar procesos, automatizar la gestión de activos y reducir paros imprevistos, visita wgmsa.com y descubre cómo las herramientas digitales pueden transformar tu gestión.

¿Qué es mantenimiento preventivo y por qué es tan importante?
El mantenimiento preventivo consiste en programar tareas de inspección, limpieza, calibración o sustitución de piezas antes de que ocurra una avería. Por ejemplo, revisar bombas, cambiar filtros, ajustar parámetros o lubricar engranajes a intervalos fijos. Su objetivo es anticiparse a fallos, reducir costosas interrupciones y prolongar la vida útil de los equipos.
El beneficio para la empresa es claro: menos paradas imprevistas, menor coste de reparación, mayor disponibilidad operativa y mayor previsibilidad presupuestaria. Es un enfoque alineado con la industria 4.0, donde la disponibilidad del activo es tan crítica como su producción.
Mantenimiento correctivo: cuando la avería ya está aquí
El mantenimiento correctivo se activa cuando ocurre una avería o mal funcionamiento. Puede tratarse de cambiar un motor averiado, reparar un sistema hidráulico roto o solucionar una fuga importante. Este tipo de intervención es inevitable en ciertos momentos, pero su alto coste y el impacto en la producción generan que muchas organizaciones busquen reducir su frecuencia.
Aunque el mantenimiento correctivo no se puede eliminar por completo, una estrategia inteligente busca minimizar su aparición, y cuando suceda, contar con protocolos rápidos, repuestos listos y sistemas de gestión que permitan una respuesta eficiente.
Cómo combinar ambos enfoques para una gestión óptima de activos
Una estrategia eficaz no se basa en elegir solo preventivo o solo correctivo, sino en combinar ambos según criticidad del activo, disponibilidad, coste y riesgo. Por ejemplo:
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Identificar los equipos críticos para el negocio y aplicar mantenimiento preventivo riguroso.
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Para equipos secundarios, usar un enfoque condicional o correctivo, según los costes.
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Implementar un sistema digital de gestión de activos que planifique, asigne y registre las tareas en una misma plataforma.
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Monitorizar indicadores como tasa de fallos, MTTR (tiempo medio de reparación) o MTBF (tiempo medio entre fallos) para ajustar el mix preventivo/correctivo.
La automatización ayuda: por ejemplo, mediante alertas cuando los vencimientos se acercan, calendarios de mantenimiento y órdenes de trabajo generadas automáticamente. Esta gestión integral permite pasar de un modo reactivo a un modo proactivo y eficiente.
Herramientas digitales y productos online que facilitan la gestión
En el entorno industrial actual, la digitalización es clave. Tabla de funciones que facilitan una transición eficiente:
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Software GMAO/CMMS: gestiona órdenes de trabajo, repuestos, registros, históricos.
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Sensores IoT: permiten mantenimiento basado en condición, no solo en calendario.
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Aplicaciones móviles: los técnicos reciben tareas, registran intervenciones y capturan datos en campo.
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Paneles de analítica: ayudan a tomar decisiones basadas en datos reales y pendientes de fallo.
En la tienda online referenciada puedes encontrar licencias, módulos, servicios de consultoría, formación y soporte relacionados con estos productos digitales. La clave está en que estas herramientas actúan como soporte para que la gestión preventiva se ejecute sin interrupciones y que la correctiva esté preparada cuando sea inevitable.
Qué indicadores y parámetros seguir para medir el éxito
Una vez desplegada la estrategia de mantenimiento, es esencial monitorizar resultados. Entre los indicadores más relevantes están:
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Disminución del número de paradas no planificadas.
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Incremento del tiempo de disponibilidad operativa de equipos.
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Reducción del coste de mantenimiento por hora de producción.
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Cumplimiento de órdenes planificadas versus correctivas.
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Nivel de satisfacción del personal de mantenimiento (menos sobresaltos, mejor planificación).
Una mejora en estos valores significa que la combinación preventivo/correctivo funciona y que la empresa está evolucionando hacia un modelo de mantenimiento inteligente.
Diseñar una estrategia de mantenimiento que integre preventivo y correctivo ya no es una opción, es una necesidad competitiva. Automatizar la gestión de activos, planificar intervenciones y contar con herramientas digitales permite que las empresas reduzcan costes, mejoren resultados y aseguren continuidad operativa sin depender exclusivamente de “reparar cuando algo se rompe”.