El Fondo Monetario Internacional (FMI) avisó este jueves de que es preciso abordar las presiones fiscales que está provocando “la creciente brecha” proyectada entre el gasto en pensiones y las cotizaciones a la Seguridad Social.

En las conclusiones de la misión oficial en España, que se lleva a cabo en la mayoría de los países miembros, en el marco del Artículo IV del convenio consultivo del FMI, el organismo abogar por rebajar esas presiones “dando prioridad a medidas que favorezcan el empleo”.
El FMI aludió al último informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) sobre la reforma de las pensiones. El análisis reconoció que el cumplimiento de la regla de gasto, pero avisó de un crecimiento del desembolso en pensiones de 3,4 puntos del PIB hasta 2050.
“Dadas las posibles consecuencias adversas para el empleo de una mayor cuña fiscal laboral, deben considerarse alternativas a la subida de los tipos de cotización, como por ejemplo alargar aún más el período en base al cual se computan las prestaciones”, explicó el FMI en sus conclusiones.
Esas propuestas deberían complementarse con otras iniciativas para promover vidas laborales más largas, pero sin perder de vista que los trabajadores de más edad cuentan con una salud menos robusta y necesitan más flexibilidad en el trabajo. En este sentido, el FMI considera “medidas positivas” los incentivos de la Seguridad Social para la jubilación demorada y gradual.
Más allá de estas valoraciones positivas, el organismo con sede en Washington señaló que la cláusula de salvaguarda “debería modificarse para corregir sus limitaciones”.
“Tal como está diseñada, la cláusula se activa si el gasto medio en pensiones durante 2022-2050, descontadas las medidas de ingresos adoptadas durante ese mismo período, supera el 13,3% del PIB. Lo ideal sería que la regla se focalizara en la evolución futura de la brecha entre el gastos e ingresos del sistema de pensiones en un escenario sin cambios de política”, propuso el FMI.
En el caso de que el Gobierno español no emprenda ese rediseño, el FMI sugirió que podría definirse “con claridad y ‘ex ante’ un conjunto limitado de medidas directas de ingreso” incluidas en el cálculo del gasto neto futuro. Además, añadió que la regla podría ser más prospectiva, con un periodo de proyección de 25 años.
PRESIONES DE GASTO
La misión del FMI reconoció en el Artículo IV que las finanzas públicas continuaron mejorando en 2024, “a pesar del fuerte crecimiento del gasto público, en particular el relacionado con salarios y transferencias sociales”.
El déficit de 2024 se situó por debajo de la meta del 3% fijada por las autoridades, en concreto, en el 2,8%, sin contar los costes de las medidas de urgencias adoptadas para hacer frente a la dana.
“Esta reducción obedeció al aumento de la recaudación, ya que los impuestos sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y las cotizaciones a la seguridad social se beneficiaron de la continua expansión del mercado laboral, de la no deflactación de los tramos del IRPF y la introducción de mayores tipos de cotización a la seguridad social tras las reformas de las pensiones de 2021-23”, detalló el FMI.
Sin embargo, la “elevada deuda pública”, en el 101,8% del PIB al cierre del ejercicio anterior y las “inminentes presiones de gasto” suponen riesgos fiscales a medio plazo. Entre los gastos más próximos, el FMI aludió a las pensiones, la salud y los cuidados de larga duración, que pesarán un 4% del PIB en 2050, según la Airef.
A todo ello se añade, en el contexto actual, la previsión de aumentar el gasto en defensa hasta el objetivo del 2% del PIB, lo que requeriría recursos adicionales. No obstante, el jefe de la misión para España, Romain Duval, señaló en la rueda de prensa de presentación del Artículo IV que “el presupuesto de defensa podría ser acomodado en el presupuesto de España”, pero de una manera neutra y sin “un aumento sustancial en la ratio de deuda/PIB”.
Duval avisó de que ese aumento del gasto en defensa será constante y recomendó financiarlo “a través de medidas permanentes”, como una reorganización y priorización de los gastos y de los impuestos, para no comprometer el gasto favorable al crecimiento, como la inversión pública.
Antes de que los riesgos fiscales supongan un peligro mayor, el FMI recomendó a las autoridades españolas “aprovechar el fuerte impulso económico para recomponer más rápidamente el espacio fiscal y reducir los riesgos de deuda soberana”.
Si no se toman medidas adicionales a las ya aprobadas, el déficit se estabilizará en torno al 2% del PIB en 2030, según el escenario base del FMI. Sin embargo, el Gobierno situó esa cifra en el 1,2%, según trayectoria de gasto incluida en el Plan Fiscal y Estructural de Medio Plazo (Pfemp). Para alcanzar ese nivel, deberían implementarse medidas equivalentes a casi un 1% del PIB, como señaló el organismo este jueves.
Por otro lado, los técnicos del FMI recomendaron a España adelantar el ajuste del 3% del PIB previsto por las autoridades para 2025-2031 a 2025-2029, ayudados por los fondos europeos y la “sólida posición cíclica de la economía”.
En esta línea, el Pfemp «se podría beneficiar de incorporar una estrategia más clara, basada en prioridades bien definidas de aumento de los impuestos y reducción del gasto”. El FMI propuso armonizar los tipos de IVA y el fortalecimiento de la fiscalidad verde, igualando los impuestos especiales sobre de diésel y la gasolina.
“Tales medidas podrían sustituir a otras ‘ad hoc’ y de menor calado, como el impuesto a la banca rediseñado, que debería discontinuarse al final de su plazo de tres años”, señaló el organismo.