El bosque fosilizado más grande del mundo ha sido descubierto por un equipo de investigadores de las universidades de Cambridge y Cardiff. El hallazgo del bosque fosilizado más antiguo conocido en la Tierra es una gran noticia para sociedad científica y está en altos acantilados de arenisca a lo largo de la costa de Devon y Somerset.
Ese bosque fósil es unos cuatro millones de años más antiguo que el anterior, que se encontró en el Estado de Nueva York (Estados Unidos).
Los fósiles fueron encontrados cerca de Minehead, en la orilla sur del Canal de Bristol. Los árboles fosilizados, conocidos como ‘Calamophyton’, se parecen a primera vista a las palmeras, pero eran un ‘prototipo’ de los árboles actuales. Este hallazgo está publicado en un artículo en la revista ‘Journal of the Geological Society’.
En lugar de madera maciza, sus troncos eran delgados y huecos en el centro. También carecían de hojas y sus ramas estaban cubiertas por cientos de estructuras parecidas a ramitas.
Estos árboles también eran mucho más bajos que sus descendientes, pues los más grandes medían entre dos y cuatro metros de altura. A medida que crecieron, mudaron sus ramas dejando caer mucha vegetación, que sostenía a los invertebrados en el suelo del bosque.
Los científicos habían asumido previamente que este tramo de la costa inglesa no contenía fósiles de plantas importantes, pero este hallazgo muestra cómo los primeros árboles ayudaron a dar forma a los paisajes y estabilizar las riberas de los ríos y las costas hace cientos de millones de años.
DEVÓNICO
El bosque data del periodo Devónico (hace entre 419 y 358 millones de años) cuando la vida inició su primera gran expansión hacia la tierra. Al final de esa era aparecieron las primeras plantas con semillas y los primeros animales terrestres -en su mayoría artrópodos- estaban bien establecidos.
«El periodo Devónico cambió fundamentalmente la vida en la Tierra», según Neil Davies, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Cambridge y primer autor del estudio.
Davies añade: «También cambió la forma en que el agua y la tierra interactuaban entre sí, ya que los árboles y otras plantas ayudaron a estabilizar los sedimentos a través de sus sistemas de raíces, pero se sabe poco sobre los primeros bosques».
El bosque fósil identificado por los investigadores se encontró en la Formación Hangman Sandstone, a lo largo de las costas norte de Devon y oeste de Somerset. Durante el periodo Devónico, esta región no estaba unida al resto de Inglaterra, sino que se encontraba más al sur, conectada con partes de Alemania y Bélgica, donde se han encontrado fósiles similares del Devónico.
«Cuando vi por primera vez imágenes de los troncos de los árboles supe inmediatamente qué eran, basándome en 30 años de estudio de este tipo de árbol en todo el mundo», indica Christopher Berry, de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Medio Ambiente de la Universidad de Cardiff.
Berry subrayó: “Fue increíble verlos tan cerca de casa. Pero la idea más reveladora proviene de ver, por primera vez, estos árboles en las posiciones donde crecieron. Es nuestra primera oportunidad de observar directamente la ecología de este tipo de bosque primitivo, interpretar el entorno en el que crecían los árboles de ‘Calamophyton’ y evaluar su impacto en el sistema sedimentario”.
El trabajo de campo se llevó a cabo a lo largo de los acantilados más altos de Inglaterra, a algunos de los cuales solo se puede acceder en barco, y revela que esta formación de arenisca es rica en material fósil vegetal del Devónico.
“BOSQUE BASTANTE EXTRAÑO”
Los investigadores identificaron plantas fosilizadas y restos vegetales, troncos de árboles fosilizados, rastros de raíces y estructuras sedimentarias conservadas dentro de la piedra arenisca.
Durante el Devónico, el sitio era una llanura semiárida, atravesada por pequeños canales fluviales que se derramaban desde las montañas hacia el noroeste.
«Era un bosque bastante extraño, no se parecía a ningún bosque que puedas ver hoy», recalca Davies, que agrega: «No había maleza notable y la hierba aún no había aparecido, pero estos árboles densamente poblados arrojaban muchas ramitas, lo que tuvo un gran efecto en el paisaje».
Este periodo marcó la primera vez que las plantas apretadas pudieron crecer en la tierra y la gran abundancia de escombros arrojados por los árboles ‘Calamophyton’ se acumuló dentro de capas de sedimento. El sedimento afectó la forma en que los ríos discurrían por el paisaje y fue la primera vez que el curso fluvial podía verse afectado de esta manera.
«La evidencia contenida en estos fósiles preserva una etapa clave en el desarrollo de la Tierra, cuando los ríos comenzaron a operar de una manera fundamentalmente diferente a como lo hacían antes, convirtiéndose en la gran fuerza erosiva que son hoy», indica Davies.