Toronto, 16 nov (dpa) – Los creadores de la exitosa serie alemana «Dark» vuelven a Netflix con «1899», que se estrena mundialmente este jueves en la plataforma.
La premisa de la que parte la nueva serie es bastante oscura. Un barco desaparecido hace cuatro meses surge de pronto entre la neblina y comienza a desplazarse de forma fantasmal a través del mar. ¿Dónde estuvo antes el «Prometeo»? ¿Y dónde están todos sus pasajeros?
Desde sus primeros minutos, queda claro que «1899» vuelve a adentrarse en el terreno de lo misterioso y enigmático al igual que «Dark». Sin embargo, esta vez la pesadilla no transcurre entre bosques y cuevas oscuras, sino en las profundas aguas del mar y los sinuosos pasillos de un barco de inmigrantes.
En ocho episodios, la serie alemana «1899» narra los misteriosos sucesos que se producen durante el viaje del «Kerberos» desde Londres hacia Nueva York a fines del siglo XIX. A bordo se encuentra un grupo variopinto de pasajeros de distintas nacionalidades y clases sociales y con diferenres historias personales.
Rápidamente queda en claro que todos tienen un pasado o secretos que les pesan y que cuentan con distintos motivos para considerar que ese barco los trasladará hacia la libertad.
Pero cuando la tripulación detecta en mar abierto al desaparecido «Prometeo», la travesía adquiere un giro inesperado y oscuro. Bajo la dirección del capitán Eyk Larsen (Andreas Pietschmann), en vez de hacia Estados Unidos, el barco de inmigrantes de «1899» navega hacia un misterio de pesadilla.
Pietschmann, que tuvo uno de los papeles principales en «Dark», decide dirigir el «Kerberos» hacia el barco fantasma y tratar de comprender lo incomprensible junto a una de las pasajeras, Maura Franklin (Emily Beecham).
El reparto, con una fuerte impronta internacional (en el elenco hay actores de España, como Miguel Bernardeau, de la serie de Netflix «Élite», así como de Portugal, Dinamarca y Hong Kong), otorga credibilidad a esta historia acerca de un montón de extraños embarcados en una misma aventura. Sin embargo, este grupo termina teniendo cierto sentido. ¿Será que todos forman parte de una ruleta ocura?
Friese y Odar vuelven a apelar con «1899» a miedos y presentimientos, esperanzas y sueños. De esta forma, logran sumar a los espectadores a este viaje de ficción que atraviesa pasado, presente y futuro con una mezcla de realidad y pesadilla hacia un objetivo desconocido.